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TUMBA DE AGUSTIN DE ITURBIDE

En 1835,con Anastasio Bustamante en el poder, antiguo lugarteniente de Iturbide, se permitió que la familia de Iturbide regresara a México, se grabó el nombre del Libertador en el Congreso, y el 27 de septiembre de 1837 se volvió a festejar la entrada triunfal del Ejército Trigarante a México.
En 1835, a petición del guatemalteco Felipe Neri del Barrio en un decreto del 20 de mayo, en la sala de sesiones del Congreso se escribió el nombre de Iturbide. Sin embargo, los anticlericales afanados en borrar la historia que ningún decreto podrá, el 7 de octubre con 126 votos a favor y 11 en contra, se decidía quitar su nombre de ese lugar.
En 1843, el gobierno de Santa Anna oficializó el festejo del 27 de septiembre como solemne. Años más tarde, Maximiliano decidió suspenderlo por estar el calendario mexicano muy lleno de fiestas y conmemoraciones, según su personal criterio.
En la época de los 50, hubo proyectos para levantar un monumento a Iturbide realizados por Manuel Vilar, profesor de escultura en la Academia, pero no se llevaron a cabo.
Porfirio Díaz cumplía años el 15 de septiembre, por lo que acomodó la celebración de Independencia a la noche de ese día, y el desfile militar que se hacia antes el 27 de septiembre para conmemorar la entrada del Ejército Trigarante, pasó a celebrarse el día 16.
Durante el gobierno del General Díaz se inaguró el monumento conocido como "Columna de la Independencia", el cual contiene los restos de algunos héroes de esa lucha, y entre los nombres que tiene escritos en el superior de los anillos es el de Iturbide.
En 1838 Las cenizas de Iturbide fueron traidas de Padilla, Tamaulipas a la ciudad de México, fueron honradas en la colegiata de Guadalupe, y mientras se preparaba un nicho para ellas en la Catedral, estuvieron en el templo de San Francisco, que está en la calle de Francisco I. Madero, a unos pasos del Palacio de Iturbide.
Cuando el nicho estuvo preparado, nuevamente con solemnidad se movieron sus restos, y por fin Don Agustín de Iturbide descansa en paz en la Capilla de San Felipe de Jesús.
Es sublime que la Capilla dedicada al primer santo mexicano, sea el lugar en donde reposan los restos del primer gobernante del México independiente.
Afuera de la Capilla de San Felipe de Jesús hay una leyenda que dice: "Capilla de San Felipe de Jesús. Dedicado al primer santo mexicano en 1636. El retablo mayor con escenas dela vida de San Felipe de Jesús, pinturas anónimas de excelente calidad.
El retablo del lado izquierdo dedicado a Santa Rosa de Lima, patrona de la América española y protectora de la Ciudad de México.
Al lado derecho hay una Urna con los restos de Don Agustín de Iturbide, consumador de la Independencia mexicana, trasladados a esta capital en octubre de 1838."
En el lado derecho de esa Capilla puede verse una Urna en donde están los restos mortales de Iturbide, también hay en el nicho una Bandera Trigarante, y un cuadro con el perfíl del Libertador. Abajo hay una placa que dice, en autoría de José María Tornel (quien llegóa visitar a la viuda de Iturbide en Baltimore, Estados Unidos):
"AGUSTIN DE ITURBIDE Autor de la Independencia mexicana Compatriota lloralo. Pasajero admiralo. Este monumento guarda Las cenizas de un Héroe Su alma descansa en el seno de Dios."
Estando en Liorna, Italia, el 27 de septiembre de 1823, Iturbide terminó de escribir sus memorias, y el último párrafo de estas dice así:
"Cuando instruyáis a vuestros hijos en la historia de la patria, inspiradles amor al primer Ejército Trigarante; y si los míos necesitan alguna vez vuestra protección, acordaos que su padre empleó el mejor tiempo de su vida en trabajar por que fuéseis dichosos.
Recibid mi último adiós, y sed felices."
Anastasio Bustamante, quién durante su gobierno en 1838 trasladó los restos de Iturbide de Padilla, Tamaulipas a la Ciudad de México, pidió que a su muerte, su corazón fuera colocado junto a los restos de su amigo Don Agustín de Iturbide.
LOS MEXICANOS NO DEBEMOS ESPERAR A MORIR PARA UNIR NUESTRO CORAZON AL LIBERTADOR, PUES CADA DIA ES UN BUEN MOMENTO PARA HACERLO, CADA VEZ QUE DECIMOS MEXICO, CADA VEZ QUE FESTEJAMOS LA INDEPENDENCIA, CADAVEZ QUE VEMOS NUESTRA BANDERA, Y CADA VEZ QUE SALUDAMOS AL EJERCITO.